(c) alfons rodríguez
Regresé de Israel. Regresé de un lugar donde hay una necesidad urgente. Palestinos, israelís, judios, musulmanes, cristianos...da igual como se denominen. No importa nada excepto una cosa: necesitan la paz. Ya.
Son personas arrastradas por su historia. Por la Historia. Son marionetas movidas por hilos extraños. Hilos que cuelgan del interés, de la desidia internacional, del poder de los poderosos. Israel es un país convulso. Palestina es una tierra agitada. Una tierra sagrada para muchos, una tierra bella aunque árida que necesita con urgencia la paz, no me cansaría de repetirlo.
Miles de años de luchas, de invasiones, de muerte... que ahora pesan sobre los muros de templos, de castillos, de caminos y montañas. Es más que una Tierra Sagrada por la que caminaron principes, mendigos, mesias, reyes, soldados y ladrones. Es un lugar en el que hoy día viven mujeres, niños y hombres que se merecen lo que todos: una vida digna y libre.
Hace unos días me decía un hombre en Tel Aviv -"todos estamos equivocados...". Tiene razón.
Tan solo unas horas antes yo había realizado la imagen que aquí publico: en ella figura un grafiti realizado en una pared de la ciudad vieja de Jerusalén "We need Peace" junto a un póster enmarcado de Jesucristo. Israel, Palestina y Jesucristo, curioso, ¿verdad?. Un rincón simbólico aquel que fotografié. Una señal desesperada de la necesidad de paz en Israel.