w a l k o n e a r t h es el lugar donde desahogo mi conciencia y aplasto mis frustaciones. También lo hago en otros lugares, pero me pagan por ello...



sábado, 14 de abril de 2012

ENTRE MIRADAS o Take the money and run...

El pasado día 12 de abril tuve la ocasión para presentar mi nuevo libro Entre Miradas, de TPS Books Editors.
Fue uno de esos momentos que culminan un gran esfuerzo. Uno de esos instantes en los que parece que acabas un capítulo de tu vida, para empezar otro.
No son tiempos fáciles para esta profesión en particular y para casi nada en general: contratos abusivos, tarifas basura, desdeño por parte de los medios de comunicación de trabajos de calidad para, en cambio,  priorizar recortes y/o trabajos superficiales, decepción por parte de los profesionales que han trabajado duro, “tiradas de toalla”, desengaños y un sin fin de “huidas de cerebros” nacionales que triunfan en las “américas” ante la inopia y la deleznable actitud de  los editores y medios españoles.
Por todo ello hay que reinventarse, superarse, resurgir y no mirar atrás. Siempre nos quedará un salto a la piscina, con la esperanza de que se llene de agua antes de que nos demos de bruces con el suelo seco y duro de esta. Así es como hay que pensar y así es como, de repente un día, aparece esa agua vivificante y alentadora. De darse ostias salen los callos del éxito.

Siempre hay la posibilidad de encontrar a alguien con más luces que avaricia, con más ingenio que cobardía. Con ganas de invertir en un presentimiento, más que en despidos masivos. Con intenciones de apostar por la esperanza más que jugárselo todo a la carta de “take the money and run”.

Me gustaría ser positivo. Me gustaría, quiero serlo, lo soy. Sabemos que el presente que se explica hoy con mala cara y peor gesto se convertirá en historia pasada cuando llegue el futuro. Sabemos de sobra que siempre hay  alguien o algo en peores circunstancias y que, además, llegarán tiempos mejores. Tiempos eso si que no vendrán por si solos o por propia iniciativa. Serán momentos, aquellos, que habremos de atraer nosotros, con nuestras ganas de superación, con nuestra fe en nosotros mismos y en los que nos rodean. Una fe de carne y hueso, sin divinidades ni apoyos celestiales que han demostrado fallar más que una escopeta de feria. Hay que creer en las nuevas oportunidades.
Por eso me considero afortunado. Afortunado por tener esas ganas de seguir adelante. Afortunado por tener personas que me arropan y dan calor, que me allanan el camino cuando es  una cuesta pronunciada llena de baches o cuando es una bajada resbaladiza. Muchos de ellos estuvieron el día 12 a mi lado.

La intención no es que este positivismo sea tomado como un alarde. Ojalá que mi “buen rollo” no sea entendido como vanidad insana. Espero que mi ánimo no se malinterprete como chulería. Por favor, no. Sólo quiero decir, transmitir o tal vez intentarlo, que la lucha sigue. Que los alienígenas no han destruido la Tierra y han aniquilado la raza humana. Que nada ha acabado. No podemos pretender terminar ahora como héroes, como los últimos que plantaron cara. No somos los elegidos.  Tan solo somos tropa, componentes de un gran y eterno ejército que ha de continuar en las trincheras. Anónimos y efímeros. La fuerza no está en uno, está en todos. Si nos apoyamos triunfamos. Si nos miramos a la cara nos entendemos. Entre  miradas honestas encontraremos como salir de está. Estoy seguro.
Concluyo. Gracias a todos los que siempre estáis ahí. Esa presencia es la nutritiva tajada que saco de todo esto que hago. Es lo que obtengo como premio.
Os dejo, unas líneas más abajo,  con unas fotografías tomadas por Marcelo Aurelio y Godo Chillida (más una de mi hijo David), la otra tarde en TPS. Estos son dos de esos compañeros que allanan el camino, de esos que siempre están ahí. Me quito el sombrero ante ellos y ante todos los demás que acudieron, que fueron muchos. Y ante los que quisieron pero no pudieron. Me quito el sombrero y aplaudo por un espectáculo auténtico y sincero. Con esos intérpretes me considero el  más afortunado de los espectadores. Joder, como no voy a estar eufórico.

Manel Úbeda, "il professore"

Manel Úbeda, autor del prólogo de Entre Miradas, amigo y profesor en mi etapa de estudiante.

Es evidente: yo junto a Federico Caal, un luchador nato.

Dedicando el libro a uno de mis mejores amigos, Albert.

Con Marcelo Aurelio, un verdadero "crack argentino"
Un servidor con el cartel anunciador de la exposición el día de la presentación del libro.
Foto: David Rodríguez Pahissa



(C)DE LAS IMAGENES MARCELO AURELIO, GODO CHILLIDA Y DAVID RODRÍGUEZ PAHISSA /PROHIBIDO SU USO/DO NOT USE.