Dhaka. Gulshan. Photo with iPhone. |
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(C)DE LAS IMAGENES ALFONS RODRÍGUEZ/PROHIBIDO SU USO/DO NOT USE.
El
largo viaje desde la remota tierra de los parados y los recortes te deja
maltrecho y el insomnio a 10 kilómetros de altura aún más. Sales del hotel y en la esquina ya te han pedido pasta tres o cuatro con el punzante
– para ti- gesto de llevarse una mano a la boca y la otra a la barriga. Varios rickshaw wallah se ofrecen a llevarte
pero tú lo que quieres es andar. Con ruido o sin él. Con calor o sin calor.
Saltas
unos cuantos charcos y te atreves a cruzar
unas cuantas calles. Encuentras por casualidad un restaurante y recuerdas que no has comido desde ayer,
cuando surcabas el firmamento a mil kilómetros por hora. Entonces piensas en
Alonso o Stoner y te das cuentas de lo relativo que es todo. No son tan
rápidos.
Decides
no entrar en ese establecimiento pues parece un poco fashion y tu buscas algo más local. Te abren la puerta y sin darte
cuenta estas sentado en una mesa. Eres el único comensal, aunque caben unos
cuarenta. Sin apenas tiempo para desplegar la servilleta te plantan la carta delante. La oferta es
abundante.
Le
pides al camarero un plato muy de la tierra –bangladeshí, vamos- pero te
suelta, convencido, que ese tarda mucho. Mejor el pollo a la nosequé que es muy rápido. Le devuelves un
categórico “no tengo prisa”, pero él insiste. Acabas por aceptar la sugerencia. Le añades
que te traiga un Nan -pan indio- pero
como tarda 20 minutos, mejor patatas fritas a lo Burguer King, me asegura el
tipo. No, le dices, prefiero esperar pues quiero algo más local. Insiste y
acabas por decirle que te traiga las putas patatas. Al final, evitas el postre y pides un té, pero
– a estas alturas ya te lo esperas- el sujeto te asegura que un café solo y soluble es
mucho más rápido. Te haces quemaduras de tercer grado en la lengua por beber a toda pastilla.
Qué estrés. Joder.
La
banda sonora es lo ultimísimo de Dire
Straits, dale que te pego en los altavoces. Pides la cuenta y ya la tienen
hecha. Lógico. Pagas raudo como alma que lleva el diablo y sales cagando ostias del lugar, justo cuando
suena el inédito y novedoso tema de los Straits: Money for nothing. Qué casualidad, en eso
mismo estabas pensando, verdad?.
En fin, esperas volver
pronto, con más y mejor.