Estuve allí en 1993. Eran otros tiempos…
Después he vuelto varias veces, pero sin salir del aeropuerto. Hoy he regresado a reencontrarme con el mito. 20 años después, 70 años después…
Sam ya no se llama Sam sino Issam, que no está mal. Tampoco es negro, pero si africano. Vamos bien. Y a los oídos de un advenedizo como yo, su piano suena igual que en 1942, a juzgar por lo que oí en la película de Michael Curtiz. El Rick’ s Café no tiene la misma atmósfera pues faltan trajes blancos y sombreros, además de mujeres eternas en blanco y negro. Bellas siguen siendo, eso si, las que lo visitan hoy día.
Suena el “As time goes by ” y el paso que nos adentra en la leyenda ya no tiene marcha atrás…todo solucionado, pues.
© DE LAS IMAGENES ALFONS RODRÍGUEZ/PROHIBIDO SU USO/DO NOT USE
Casablanca,
sobre todo vista desde arriba, parece monótona. Pero no lo es. Es blanca y
glamurosa como los trajes y sombreros de Bergman y Bogart. De Lund y Blaine. Es
realidad y mito a la vez.
Aunque
la ciudad es mucho más que la película que la trajo al mundo.
Su
cocktail de Marruecos tradicional y de ciudad “trendy” la hace singular. Su lujo y sus calles, embarradas tras la
lluvia, en los zocos de la medina la hacen auténtica. Así, sin más.
Su
oeste siempre está delimitado por el azul del Atlántico. Sus olas acarician o azotan,
depende de la opinión y la fe de cada uno, su monumento cumbre: la Gran
Mezquita de Hassan II, erigida en honor a todo lo bueno y todo lo malo de que
es capaz el hombre y a su preocupación por el alma propia. La Corniche, a orillas del revuelto océano podría estar en
cualquier ciudad importante de costa, pero se dibuja allí, tras el resplandor
de esta enlucida ciudad alauita.
Tras
vivir el primer amanecer ya percibes que tu visita puede ser el comienzo de una
gran amistad y como Casablanca tiene nombre femenino, si eres hombre -o no-
puedes caer en la tentación de jurarle amor eterno…va por ti nena.
No
os decepcionéis si la ciudad no es lo que esperabais, es una cuestión de
expectativas relativas. Además, pensad que siempre os quedará Paris y su propia
leyenda – la de Casablanca-. Como bien sabéis ambas son cosas a medio camino
entre los sueños y la realidad.
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| Vistas del Rick' s Café de Casablanca |
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Para
la estancia os aconsejo el Hotel Barceló
Casablanca, en el céntrico Boulevard
d’ Anfa, 139 . Ofrecen un servicio y una localización espléndidos.
Rick’ s Café. 248 Boulevard Sour Jdid, Place du Jardin
Public (Medina Antigua)
www.rickscafe.ma -
telf.: +212 22274207/08
