w a l k o n e a r t h es el lugar donde desahogo mi conciencia y aplasto mis frustaciones. También lo hago en otros lugares, pero me pagan por ello...



lunes, 26 de julio de 2010

GENOCIDIO DE POL POT. PRINCIPIO DEL FIN

Hace unos días tuve la triste pero voluntaria oportunidad de vivir el rastro de dolor dejado por el genocidio de Srebrenica de 1995 y cuando uno todavía no se ha recuperado, le recuerdan, para bien, el rastro dejado por el genocidio perpetrado por los Jemeres Rojos de Pol Pot en Camboya. Aquel que comenzó en 1975 y se alargó hasta 1979.
Y digo para bien puesto que hoy, Kaing Guek Eav ha sido el primero de los cinco ex destacados cargos condenados por su implicación en las atrocidades cometidas durante el régimen de Pol Pot, que causaron la muerte de casi 2 millones de personas. El torturador y genocida ha sido condenado a 35 años de cárcel por crímenes contra la humanidad.
Hace algunos años viajé a Camboya para documentar esa estela de horror y capté algunas fotografías de las que hoy os dejo una muestra. Pisé y respiré la densa atmósfera que todavía se respira en la prisión S-21 o Tuolg Sleng (foto), una antigua escuela reconvertida, dirigida por el carnicero Kaing Guek Eav, también conocido como Duch. Entre sus muros fueron torturadas unas 16.000 personas, entre ellas unos 2.000 niños, que después fueron conducidos hasta los campos de exterminio de Choeung Ek (foto) a escasa distancia de Phnom Penh. Una oscura tarde de otoño recorrí los llamados Killing Fields, una zona anegada en la temporada de lluvias, sórdida y tenebrosa a pesar de los 35 años que han pasado desde la cruel masacre. Allí se golpeaba a los niños contra un tronco hasta causarles la muerte para ahorrar munición. Conocí a madres que todavía lloran por sus hijos asesinados (foto) y que han esperado una justicia que ha empezado a llegar 35 años después. Una vergüenza y una crueldad por parte de los gobiernos extranjeros y camboyano que no constituyeron el tribunal al cargo del caso hasta el año 2007, para así juzgar y condenar a los culpables. Casi resulta indignante que el Duch haya pedido perdón por sus crímenes y resulta indignante del todo que todavía queden por juzgar 4 culpables más de la cúpula de poder de Pol Pot. El líder y “hermano número uno”, máximo dirigente del partido Jemer Rojo murió en la jungla camboyana en 1998. No pagó por sus crímenes o al menos no como la justicia internacional hubiera dictado. Murió sin ser declarado culpable de una de las mayores atrocidades del ser humano ya que la muerte natural, como se supone que murió, no es castigo. Morir, todos hemos de morir, culpables o no. El único castigo posible para una bestia de esa magnitud, no existe todavía.
No olvidemos Srebrenica, ni Camboya, ni el Holocausto, ni a los indios americanos ni ningún otro acto de este tipo. No olvidemos, por favor.


(C)DE LAS IMAGENES ALFONS RODRÍGUEZ/PROHIBIDO SU USO/DO NOT USE.

5 comentarios:

  1. Impressionant...Quin valor fer aquestes fotografies. Vas còrrer perill?

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  2. No Montse, cap risc relacionat amb les fotos.
    Encara que el viatge en si va donar algun mal de cap serios!
    Salutacions.

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  3. Qué barato les sale un genocidio... Por lo menos este Duch ha sido juzgado.

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  4. A precio de saldo...total todos los culpables están ya caducados y han vivido todo lo que tenían que vivir. Meterlos en prisión les quita muy poco de sus vidas, casi agotadas ya de forma natural.
    Saludos Rafa.

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  5. maldito debieron torturarlo años sin dejarlo morir, Meterse con niños indefensos e inocentes que niziquiera entendían lo que pasaba, eso pasa cuando un asesino en serie llega al poder.

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